Y es que hace hoy exactamente más de cuatrocientos y pico de años que nació Lope de Vega.
Solamente he podido ver una pequeña notícita de prensa a cerca del suceso y como bien decían en ella su problema fue nacer en territorio de Castilla; ya que si lo hubiera hecho en otro país como en Francia o Inglaterra, hoy casi sería día nacional.
La cuestión de este apartado sobre Lope no es el reivindicar un mayor honor a las mas de 400 obras de dicho dramaturgo; sino el de darle el reconocido respeto a uno de los fundadores de la tan conocida movida madrileña.
Y es que por lo que se sabe, Lope fue un juerguista de campeonato; por lo visto solamente le veían en casa a la hora de a comida y para descansar y apaciguar las resacas.
Las juergas, salidas nocturnas, borracheras en tabernas y los escarceos amorosos fueron su pan de cada día; hechos que le costaron un destierro.
A pesar de estas alegrías a las que se sometía lo que verdaderamente le mató fueron los disgustos de sus hijos; uno muerto en la guerra y una hija que se escapó con su querido y con las joyas de la familia.
La cuestión es que el pueblo de Madrid entero acompañó el cuerpo de Lope al cementerio no solamente por los buenos ratos que les hizo pasar en los establos con sus representaciones teatrales; sino que también por haberles enseñado cuál era el ambiente y la tan famosa movida madrileña.
Sólo él supo vivir una auténtica vida de mangurrino ilustrado.
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